Los insultos siempre han sido denunciables, pero con la irrupción de las redes sociales se ha disparado las consultas sobre si es delito insultar, y cómo denunciarlo.
Se escribe mucho sobre el stalking, el delito de odio o el sexting, pero quizás el insulto es el delito que se ha propagado con mayor velocidad en las redes sociales.
Fundamentalmente dos circunstancias producen que se realicen más insultos:
1º El supuesto anonimato. Error; el actor del delito puede ser identificado con un simple mail de la policia a la red social o al proveedor de correo electrónico, ya que éstos pueden proporcionar los datos sobre la IP, el puerto específico etc… además los haters suelen ser personas que suelen dejar en el pasado rastro con imágenes, comentarios etc…
2º El refuerzo de las ideas y opiniones que se produce en las redes sociales y que extreman las posiciones; la mayoría de personas necesitamos encontrar iguales que refuercen nuestras ideas y en las redes sociales siempre se encuentran iguales que aplauden los insultos y radicalizan las posiciones.
Hoy en día los usuarios de las redes sociales en su mayoría apoyan posturas radicales, y el sentido común y la justa mesura desaparecen; por ello, empieza a haber un mayor interés por la filosofía, porque en la filosofía se profundiza en cuestiones, se escucha y se respeta las opiniones.

Una vez hemos destacado el gran aumento de la comisión de este delito y señalado algunas de sus causas debemos definir con exactitud QUÉ SE CONSIDERA UN INSULTO.
Un insulto es sencillamente la acción o comentario que con la intención de perjudicar causando ofensa o humillación.
En el Código Penal no existe un delito específico de insultos, el causante del insulto puede ser imputado por estar cometiendo el delito de injurias.
El delito de injuria supone una acción o expresión que lesiona la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación.
El código penal agrava el delito cuando se ha realizado con publicidad, y las redes son un medio de publicidad.
Este derecho choca con el derecho de libertad de expresión y a la hora de ponderar ambos derechos hay que diferenciar entre la simple crítica y el insulto.
Por tanto, debemos diferenciar entre el simple troll, que es inconsciente que se aburre y no tiene ningún fin, con el hater o ciberacosador que es reincidente y tiene un fin.

Los dos elementos que el juez evaluará para calificar el insulto como una simple crítica o una injuria son:
1º La existencia de una descalificación.
2º El fin de ofender.
3º Un tercer elemento que puede valorarse es la reincidencia. Se puede entender por reincidencia una acción realizada tres veces.
Por tanto, para sufrir consecuencias penales no es necesario imputar un delito falso a otro (que sería el delito de calumnias artículo 205 ) o amenazar a otro (delito de amenazas artículo 169 ss ), el simple insulto puede perseguirse y puede producir consecuencias penales.
Para el éxito de la denuncia es necesario recabar pruebas. Al margen de las captaciones de pantalla, testigos etc.. si se va a solicitar una indemnización es importante aportar certificados médicos que plasmen los daños físicos y psíquicos producidos por los insultos.
CONCLUSIÓN:
El insulto viene en parte determinado por la realidad social y cultural de un país, por tanto la inacción o acción de los insultados influye directamente en la aplicación del delito.
Qué quiero decir, si nadie denuncia porque, «no voy a conseguir nada», «es un crío», «da igual, cierro la cuenta»…se va a ir aceptando esta clase de comportamiento, escudado en la libertad de expresión.
Sabemos que no es fácil, un gigante como Twitter esta misma semana que durante el estado de alarma declarado en los USA, Twitter intentó controlar los reenvios de mensajes para evitar bulos como el de la India sobre el robo de menores, y en vez de aplaudir la acción, mucha gente ha abandonado Twitter para abrir una cuenta de Telegram.
Pero aunque no es fácil, si sufres insultos o amenazas te recomendamos buscar un abogado y además buscar información y consultar en plataformas como stophaters , hay que parar esta lacra social que no es libertad de expresión.